martes, 17 de junio de 2014

La noche eterna. Los días no vividos.




Buscaba un mundo feliz entre Buda o Schopenhauer.

De libros de autoayuda o la belleza en Murakami.
Y lo encontré contigo en las entrañas de la noche,
cuando el cielo escucha carcajadas enormes.



De fondo sonaba LOL, no era ni alguien Laughing Out Loud ni alguien jugando al League Of Legends aunque por su apariencia de chico de instituto no sería motivo de sorpresa. No, era una canción de Love of Lesbian que llenaba de magia y misterio aquel pequeño pero acogedor piso del Eixample; el aura que se respiraba en la habitación era la misma que desprendía aquel chiquillo. Quizás debería estar estudiando para la selectividad, pero su cabeza poblada de rizos perfectos estaba más ocupada por liar perfectamente el cigarrillo de la felicidad que íbamos a compartir. La verdad, cómo, cuándo y dónde nos conocimos es lo que menos importa. Lo que de verdad interesa es que después de hacer peyas en la universidad para pasar más de cuatro horas en un bar muy bien camuflado en un callejón hablando sobre conspiraciones, Egipto y formulando teorías filosóficas en el fondo de una taza de café; se despidió de mí al estilo Hollywood antes de que partiera el tren que me llevaba a algún lugar y me pidió que, si quería, durante el fin de semana podíamos echar una partidilla a los toros en la wii. Y de este modo acabé en ese universo paralelo situado en dicho barrio de Barcelona. 

El aspirante a fotógrafo estaba haciendo de su habitación una pequeña Londres, con niebla incluída, la cual nos escondió del descarado objetivo de la Kodak que nos espiaba mientras él, sin previo aviso, se giró y me besó. 

Cuando el sol se coló entre la persiana que con alguna que otra dificultad había intentado bajar el pequeño artista embriagado por la fantasía envuelta en papel de liar, se cortó el hilo que, como diría Murakami, nos unía por el dedo meñique. 

Y aquí sigue mi obsesión, entre incendios de nieve y calor, y calor...Y pienso en Bonnie & Clyde, no se quisieron rendir, mientras tú y yo, la noche eterna, sin fin.


No hay comentarios:

Publicar un comentario